El 1 de Agosto de 2025 atraca en el muelle de carga de Palma un barco con 80 coches destinados a reforzar la temporada turística de la isla. El último vehículo en bajar por la rampa se queda atascado nada más pisar tierra firme. Ya no caben más automóviles en las carreteras de Mallorca. Las autoridades deciden como medida excepcional que a partir de ahora los trayectos se realicen en transporte público, en bicicleta o a pie. Se tardan dos días en recorrer los setenta kilómetros que separan la capital de su punto más alejado. Resurgen los hostales o paradas de pueblo que antaño sirvieran a los payeses y comerciantes para abastecer de frutas y verduras a los principales mercados Palmesanos, ahora vuelven a estar llenos de turistas y residentes haciendo escala antes de partir hacia Pollença, Manacor, Andratx o Esporles.
Los camiones, autobuses y coches varados en las autopistas se reciclan en una suerte de bares de carretera, food trucks, librerías o mercadillos para los peregrinos de fortuna que asisten, asombrados, al nuevo orden arquitectónico instaurado a la fuerza por no haber tenido en cuenta que una isla es un espacio limitado.
Ya no hay vuelta atrás. O sí.
25 de Enero de 2019. Un nuevo modelo de movilidad se impone al vehículo particular. El carsharing, o coche compartido, llega a Mallorca, solucionando gran parte los problemas que plantea el hecho de que existan censados 1,2 vehículos por conductor en la ciudad de Palma y que de éstos, el 90% permanezcan aparcados 22 horas al día.
Con el coche compartido (eléctrico y recargado con energía 100% renovable) se optimiza el modelo de movilidad urbana y por extensión, del resto de la isla, disminuyendo la cantidad de vehículos estacionados en zonas altamente pobladas. Además, el coche ha pasado de ser un bien (y una carga) a ser un servicio disponible para el usuario solo cuando lo necesita, compaginando flexibilidad y economía, ya que los costes derivados de tenerlo en propiedad están incluidos en el precio final. Se ahorra tiempo, dinero y molestias. Se reduce el impacto ambiental causado por los coches de combustible fósil. El centro de la ciudad es más respirable y silencioso.
Muvon promueve una nueva manera de moverse por la isla, con coches eléctricos que se pueden reservar por horas y distribuidos alrededor del centro histórico.
Imagen: obra de Jeremy Dickinson